Uno de los objetivos principales que debe cumplir un buen neumático es la adherencia con el asfalto. El neumático es el único punto de contacto que tenemos entre nosotros y la carretera, a través de él, pasa toda la fuerza y potencia de nuestro coche. No es admisible ningún fallo en un punto tan crucial.
A medida que nuestros neumáticos se desgastan con el paso del tiempo y uso, esta adherencia va disminuyendo, aumentando así los riesgos a una pérdida del control del vehículo y salida de la calzada.
Pero la adherencia no sólo depende del grado de desgaste del neumático. En GONCAR, te advertimos que la conducción en momentos de lluvia o nieve así como una velocidad excesiva, disminuyen nuestra adherencia al asfalto.
Un neumático que en condiciones de seco, tendría una adherencia "aceptable" cambia cuando se circula bajo la lluvia, llegándose a provocar el temible efecto aquaplanning.
¿Qué es el aquaplanning? Es cuando el neumático desgastado pierde la adherencia con el asfalto mojado, pasando a circular por unos instantes por encima del agua. Los dibujos del rodamiento no han cumplido su misión.
GONCAR recomienda no esperar nunca a tener el 1,6 mm, mínimo legal de dibujo, y cambiar el neumático cuando el desgaste esté entre los 2-2,5 mm.